"Si haces un grupo focal de mucha gente y les muestras 2 precios para 2 productos competitivos, 100% siempre se irá por el más bajo.", explicó el ejecutivo. "Pienso que, de primera instancia, la ventaja es para Sony, al menos desde la perspectiva del precio. Microsoft tendrá que ganarse los corazones y convencer a la gente de que el precio más alto vale la pena, y que realmente aporta capacidades significativas para los consumidores. Y es un juego largo, así que estoy seguro de que eso es lo que tratarán de hacer.", añadió.
Hirshberg cerró diciendo que la batalla entre ambas marcas sería divertida de observar, pero recalcó que quien tiene más que demostrar es Microsoft.
Una vez eliminadas las controvertidas y restrictivas políticas que mermaban la imagen del Xbox One, el tema del precio pasó a primer plano. La consola de Microsoft cuesta más porque incluye la segunda generación del periférico Kinect.
El consultor Michael Pachter considera viable una rebaja, si los números de venta de Xbox One quedan cortos durante la temporada navideña, aunque por ahora, Microsoft mantiene fija su postura.
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