¿Por qué jóvenes abandonan Facebook?

Hace una semana el director de producto de Facebook, Blake Ross, anunciaba su renuncia y publicaba una carta de despedida en su perfil. El motivo de su renuncia se basaba en esa pérdida.

Aunque el informe fue publicado a finales de 2012, lo expuesto no es una novedad. Varios analistas señalaban que Facebook iba a tener problemas para mantener contentos a sus inversores en mayo de 2013 debido a la “aparente huida de los adolescentes a Twitter, Pinterest y o la aplicación social de moda”, así lo publica el portal ABC.es. 

Según Matt Asay, vicepresidente de estrategia corporativa de 10gen asegura que no es que los jóvenes se estén cansando de Facebook, sino que está perdiendo su encanto por que se está convirtiendo atractivo para las personas equivocadas: sus padres. 

Asay señalaba que los adolescentes se sienten con mayor privacidad en redes como Twitter, que en Facebook debido a que tuvieron que aceptar las invitaciones de sus padres, familiares, vecinos y compañeros de la escuela que no eran precisamente sus mejores amigos. 

En este punto coincide Jon Freidman, de MarketWatch.com. En junio de 2012, escribía que Facebook se había vuelto “víctima de su gran popularidad”. 

Cuando los adolescentes se engancharon a este red social, muchos padres curiosos quisieron saber de qué se trataba y se apuntaron también. 

Sin embargo, no todo se trata de la invasión de familiares en Facebook, Miller, cofundador de Branch, ha reconocido en un post en su blog que cuando le preguntaba por tendencias tecnológicas a su hermana de quince años, siempre se reía ante sus respuestas. Sin embargo, con el tiempo, sus predicciones resultaban ciertas. 

Después de consultar nuevamente con su hermana adolescente, ella le mencionó que actualmente trata de visitar Facebook con la menor frecuencia posible, aunque "sigue siendo adictivo". “Terminas perdiéndote en él y eso no me gusta” Como conclusión, Miller apunta que Facebook hace un buen trabajo entregando contenido relevante a sus usuarios pero estos, por lo menos los jóvenes, se sienten mal usándolos.